lunes, 15 de junio de 2009

La hamaca

Él estaba solo, yo estaba de novia. Yo le gusté, él me atrajo, pero a distancia. Después corté con mi novio. Él quiso estar conmigo, pero sin compromisos. Yo acepté.
Él fue cariñoso al principio. Yo me enganché.
Él lo percibió y se puso distante. Yo me sentí mal al principio, pero creí que lo había superado y se lo dije.
Él volvió a acercarse y se puso más cariñoso que antes. Yo me enganché.
Él se alejó. Yo, sintiendo que no le iba a molestar, le conté que había estado con otro chico.
Él se puso más cariñoso que nunca. Yo creí que significaba algo y empecé a engancharme de nuevo.
Él lo percibió, y un día me dijo que se había enamorado de otra, así, de repente. Yo estuve súper triste una semana y me dije que basta, que no tenía sentido, que a partir de ese momento sólo me podía relacionar con él sin mezclar los sentimientos y la cama.
Él cortó con la chica (menos de una semana le duró el enamoramiento). Yo lo volví a ver, pero poniendo ahora mi distancia, y le conté que me gustaba otra persona.
Él ahora me escribe, me manda mensajes, tiene ganas de verme... Yo, por suerte, ya no me engancho.